Día del Maestro: por qué es el 11 de septiembre en Argentina
La Festividad Nacional en Honor a un Héroe de la Patria: Domingo Faustino Sarmiento
En Argentina, el Día del Maestro se celebra el 11 de septiembre, en conmemoración del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, ocurrido hace 136 años. Sarmiento, una figura clave en la historia de la educación, es homenajeado no solo en Argentina, sino también en otros países de Latinoamérica, gracias a su notable influencia en el desarrollo educativo.
La Conferencia Interamericana de Educación, celebrada en Panamá en 1943, estableció el 11 de septiembre como el Día Panamericano del Maestro en honor a Sarmiento, el destacado educador y presidente argentino. No obstante, la fecha de conmemoración varía en diferentes regiones, adaptándose a sus contextos históricos particulares.
Sarmiento, el Gran Educador Argentino
Domingo Faustino Sarmiento nació el 15 de febrero de 1811 en San Juan, en un hogar modesto que hoy se ha convertido en un museo histórico. Hijo de Paula Albarracín y José Clemente Sarmiento, desde muy joven demostró un gran fervor por el aprendizaje y la enseñanza: aprendió a leer a los 4 años y comenzó la escuela a los cinco en la Escuela de la Patria de su ciudad natal (1816).
A los 15 años, fundó su primera escuela en San Francisco del Monte de Oro, en la provincia de San Luis, donde ya enseñaba a alumnos mayores que él. Sarmiento se convirtió en una de las figuras más influyentes de la historia latinoamericana, desempeñándose como maestro, subteniente de milicias, escritor, periodista, senador, ministro, director general de escuelas, sociólogo, diplomático, gobernador y finalmente presidente de Argentina.
Sarmiento fue un ferviente activista político, lo que lo llevó a exiliarse en varias ocasiones, principalmente por su oposición a Juan Manuel de Rosas y al caudillo Facundo Quiroga. En Chile, su impacto fue notable tanto en el ámbito educativo —donde organizó la primera escuela de magisterio de Sudamérica— como en el periodismo, publicando en El Mercurio de Valparaíso y en El Progreso de Santiago.
En San Juan, fundó el periódico El Zonda. Entre sus obras literarias más destacadas se encuentran Facundo, sobre el caudillo Facundo Quiroga; Recuerdos de Provincia, de carácter autobiográfico; Viaje, donde relata sus experiencias en el extranjero; Vida de Dominguito, que cuenta la vida de su hijo adoptivo fallecido en Paraguay; y De la Educación Popular y Método de Lectura Gradual.
Como gobernador de San Juan, implementó la ley de enseñanza primaria obligatoria y, a los 57 años, asumió la presidencia de Argentina (1868-1874). Durante su mandato, promovió sus ideas liberales centradas en principios democráticos, libertades civiles y oposición a los regímenes dictatoriales.
Sarmiento fomentó la educación y la cultura, aumentando la población escolar de 30 mil a 100 mil alumnos y creando numerosas instituciones educativas, como la Academia de Ciencias, la Escuela Normal de Paraná (con contratación de maestros extranjeros), la Universidad Nacional de San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Biblioteca Nacional de Maestros y el Observatorio Astronómico de Córdoba. Además, fundó la Escuela Naval y el Colegio Militar, promovió el comercio, la agricultura y los transportes, realizó el primer censo demográfico, alentó la inmigración, supervisó la reforma del puerto, impulsó las telecomunicaciones y contrató a científicos internacionales.
En 1881, como superintendente general de escuelas, fundó la revista El Monitor de la Educación Común, una referencia esencial para la educación argentina.
Durante su primer exilio en Chile, tuvo una hija, Ana Faustina, quien se casó con Julio Belín y tuvo un hijo, Augusto Belín Sarmiento. Ella lo acompañó en sus últimos días. En su segundo exilio, Sarmiento se casó con Benita Martínez Pastoriza, una viuda chilena, y adoptó a su hijo Domingo Fidel, conocido como Dominguito, quien murió en la guerra contra Paraguay.
Por problemas de salud, Sarmiento viajó a Paraguay (Asunción), donde escribió sus últimos artículos periodísticos y falleció, tan pobre como había nacido.