La historia de las «monjas de la marihuana»: distribuyen sus productos por correo a todo el mundo

Las “monjas de la marihuana” viven en una granja que es su abadía, visten hábitos blancos y cultivan plantas de marihuana en el jardín trasero. Ellas no pertenecen oficialmente a una orden religiosa ni profesan la fe católica.

Sin embargo, hicieron votos, visten hábitos, bendicen las plantas y siguen una serie de rituales en conexión con la Tierra, la Luna y la naturaleza con los que, aseguran, quieren sanar el mundo.

Luego del cierre de la cooperativa, la hermana Kate comenzó a pensar ideas sobre cómo aplicar sus conocimientos sobre las facultades curativas del cannabis.  

Luego, se volcó en el cultivo de la marihuana medicinal para elaborar productos con fines curativos, en el marco de una orden feminista que empoderara a las mujeres y volviera la mirada hacia la sabiduría de las comunidades nativas.

La hermana Darcy, de 24 años, llegó poco después, pero tuvieron tal conexión  que pareciera que se conocieran de toda la vida.

Con aceite de coco y otros elementos, las hermanas elaboran un ungüento con base en el componente no psicoactivo del cannabis, el cannabidiol (CBD), que distribuyen por correo postal a clientes de todo el mundo.

Insisten en que sus productos no contienen tetrahidrocannabinol (THC) el principal constituyente psicoactivo del cannabis, responsable de las alucinaciones.

«Comencé con una línea de productos con los que hice una prueba de mercado. Los mandaba a peluquerías, donde los empleados suelen tener muchas molestias en las manos.

«Busqué el consejo de médicos, indígenas y herbalistas. De aquello salieron tres ingredientes comunes. Me deshice de algunos de los demás componentes, de otros modifiqué las cantidades.

«Ahora, esta crema que mandamos a todos los rincones del mundo tiene facultades que, según nos dicen, son increíbles».

Por ley, las hermanas no pueden hablar sobre los beneficios específicos de su producto, así que remiten a los distintos testimonios que dejan los clientes en la página web de la orden para aquellos que quieran conocer los detalles.

LAS FASES DE LA LUNA

Las Hermanas del Valle siguen un código de vida espiritual que aplican a todo lo que hacen.

Son estrictamente veganas y célibes durante las dos semanas que separan la Luna nueva de la Luna llena.

Durante este ciclo lunar, la oración está reservada para la producción de la loción.

«Hay meditación, sanación, tenemos el corazón y el alma puestos en la elaboración de un producto que cura», explica la hermana Darcy.

En silencio, varias mujeres se reúnen en la cocina de la abadía, con música suave, para elaborar el producto.

Si se les acumulan los pedidos, no tienen otra salida que producir también fuera del ciclo lunar. Para esos casos ofrecen un descuento, tal es la importancia que le dan a la influencia de la Luna.

EL PODER DE LOS MEDIOS

Las Hermanas del Valle, Kate y Darcy, están algo desbordadas por la atención mediática que están recibiendo en los últimos meses.

El ritmo de producción se ha visto alterado por esta curiosidad periodística.

Pero la hermana Kate ha decidido canalizar este interés como vía para hacer llegar su mensaje al mayor número de personas posible dentro y fuera de Estados Unidos.

«La mejor medicina de todas: la creación de empleo», le dice la hermana Kate a BBC Mundo.

«El 95% de las enfermedades están relacionadas con la pobreza y la falta de empleo, si hubiera más trabajo, desaparecerían muchas adicciones», afirma convencida.

Y es que las creencias de las hermanas del Valle van más allá del cultivo de marihuana medicinal: ellas aspiran a un revolucionario cambio del sistema.

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