Preocupación en Argentina por la degradación que sufren las tierras

Argentina enfrenta un preocupante proceso de degradación territorial, que afecta al 36% del territorio nacional, aproximadamente 100 millones de hectáreas. Este fenómeno, causado por factores como la erosión hídrica, eólica y biológica, tiene serias consecuencias económicas y climáticas. Entre las principales causas se identifican el sobrepastoreo, los incendios intencionales y la deforestación.
Las zonas más afectadas
Dos regiones se destacan como las más golpeadas por la degradación de las tierras:
- La Patagonia, donde el sobrepastoreo ovino ha deteriorado vastas extensiones.
- El Gran Chaco, que incluye provincias como Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, donde los desmontes y los cambios en los usos del suelo han acelerado el deterioro.
Estos datos provienen del Informe sobre el Estado del Ambiente de 2021, que subraya la relación entre la desertificación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Según Ana Di Pangracio, directora ejecutiva de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), “sin ecosistemas sanos no hay producción posible”.
El impacto global y las acciones internacionales
La problemática de la degradación del suelo no es exclusiva de Argentina. A nivel mundial, el 40% de las tierras están degradadas, según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD). Este organismo apunta que las sequías han aumentado un 29% desde 2000, exacerbadas por el cambio climático y las alteraciones en los usos del suelo.
En este contexto, la 16° Conferencia de las Partes (COP16) de la CNULD, que se desarrolla en Arabia Saudita, busca acelerar medidas para promover el manejo sostenible de las tierras y mejorar la resiliencia frente a fenómenos como las sequías. Facundo Vila, embajador argentino en Arabia Saudita, representa al país en esta cumbre, en un momento en que Argentina necesita soluciones urgentes para mitigar sus pérdidas económicas y ambientales.
El impacto económico de las sequías en Argentina
La región pampeana, que incluye a Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, experimentó una sequía severa durante más de tres años. Esto resultó en pérdidas económicas significativas, estimadas en 20.000 millones de dólares en 2023, según la Bolsa de Comercio de Rosario, principalmente por la caída en la producción de soja, maíz y trigo.
Además, el 70% del territorio argentino está clasificado como “tierras secas”, según el informe publicado en 2023. Estas áreas son particularmente vulnerables a la erosión y a la pérdida de servicios ecosistémicos, lo que agrava los desafíos de sostenibilidad.
Prácticas de conservación del suelo: un rayo de esperanza
A pesar de estos desafíos, Argentina lidera a nivel mundial en la implementación de prácticas conservacionistas como la siembra directa, utilizada en el 90% de la superficie agrícola. Esta técnica evita la remoción del suelo mediante el uso de arados, permitiendo:
- Preservar la materia orgánica.
- Optimizar el almacenamiento de agua.
- Reducir el uso de combustibles fósiles durante la siembra.
En años recientes, los agricultores también han adoptado cultivos de servicio, que mantienen el suelo verde todo el año y contribuyen a capturar carbono, mejorando así la calidad del terreno.
Un llamado a la acción
La degradación de las tierras representa una amenaza significativa para la sostenibilidad económica y ambiental de Argentina. Mientras el país participa en foros internacionales para encontrar soluciones globales, también enfrenta el desafío de reforzar políticas locales que preserven el suelo y protejan los ecosistemas, asegurando un futuro más resiliente frente al cambio climático.
Fuente: Canal 26.