Se inauguró el pasaje Antonella Trivisonno, a 22 años de una tragedia vial

La propuesta de renombrar surgió de dos historiadoras rosarinas que, a través de un estudio determinaron que «solo el 20 por ciento de las calles de la ciudad llevan nombre de mujeres», explicó Silvia, madre de la niña fallecida cuando tenía 6 años.

El expasaje 720, que comienza en la avenida Cándido Carballo, en la zona noreste de la ciudad de Rosario, se llama desde este domingo Antonella Trivisonno, en memoria de la niña de seis años que murió hace 22, cuando el automóvil que conducía su mamá fue chocado por otro que pasó el semáforo en rojo, en Salta y Ovidio Lagos, y que, con la lucha de sus familiares y amigos, se erigió en un emblema de la donación de órganos.

En este sentido, una bandera de apoyo a la donación de órganos colgaba este domingo por la mañana de un edificio del pasaje Antonella Trivisonno, donde se desarrolló el acto.

«Y llegó el día! Nos encontramos a las 9:30 en el Monumento (a la Bandera) y recorrimos la calle recreativa hasta llegar a la calle Antonella Trivisonno», declaró la madre de la niña.

«Lo hacemos con todo lo que significa transitar un camino, lo hacemos sabiendo que nunca estuvimos solos, que en estos 22 años muchos gestos y muchos abrazos nos sostuvieron y nos mimaron el alma. El corazón nos explota de amor. Gracias siempre por estar, gracias siempre por tanto», expresó Silvia, la mamá de Antonella.

«Me la imagino como una calle con vida, como fue Antonella, en la que exploten la luz y los colores», añadió a Télam Silvia.

El pasaje está ubicado a pocas cuadras de la Plaza de la Donación de Rosario, que ocupa una parte del Parque Scalabrini Ortiz, y de los pasajes Madres de Plaza 25 de Mayo y Colectivo Arco Iris, y cerca del Colegio Boneo, al que asistía Antonella a los seis años, cuando murió en un siniestro vial, en 1999.

«Nos gustaría que el 29 de agosto (Día de la Donación de Órganos) los chicos puedan hacer algún trabajo y decorar la calle. Me la imagino como una calle con vida, como fue Antonella, en la que exploten la luz y los colores», contó Silvia al portal rosarino elciudadano.

La mujer aseguró que le hizo un planteo al municipio para ver si se pueden plantar «árboles que florezcan, poner algo que decore y que largue perfume, para transitar la vida desde un lugar donde todavía nos asombre el color, los aromas, el aire libre, que es lo que simbolizan los chicos».

La mujer recordó que Antonella, su cuarta hija, «era la que sostenía de alguna manera al resto, pero no sólo desde lo que ella quería sino desde lo que al otro del gustaba, y eso es donación».

«Si necesito un corazón, no me sirve que me dones un riñón, aunque tengas dos», puntualizó, para agregar que «la donación sea lo que el otro necesita y no lo que a mí me sobra».

Trivisonno dijo que la inauguración del pasaje con el nombre de Antonella «para nosotros como familia es saber que va a quedar tangible, palpable en la historia de la ciudad».

«Es un regalo no sólo para nosotros sino para todos lo que quieren pararse en el lugar de Antonella, de mirar la vida desde otro lado», abundó.

También sostuvo: «nosotros decimos que la donación no tiene que ver solo con órganos, sangre y tejido, sino con que lo mejor de mí viva en vos. Todos tenemos la posibilidad de dar vida y de ser salvados».

Fuente: Télam

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