Balotaje: democracia o terrorismo

El próximo domingo 19 de noviembre, la República Argentina tendrá una cita con la historia y la sociedad enfrentará su tercer balotaje desde el comienzo de la democracia, hacia 1983. Para el mismo se presentan dos candidatos absolutamente contrapuestos con pasados distintos y con caminos diferentes: Sergio Tomás Massa y Javier Gerardo Milei.

El camino de Milei fue construido gradualmente desde el año 2017, formando su imagen pública con injerencias en las mass media, donde se dió a conocer y logró hacerse un lugar hasta ser electo diputado nacional en las elecciones de medio termino del 2021. Ya como diputado, optó por buscar ser el nuevo presidente de la nación, convirtiéndose en el primer presidente liberal de la histórica política nacional.

Por su parte, Massa tiene una larga experiencia en el sector público, siendo intendente de Tigre, opositor al kirchnerismo, presidente de la cámara de diputados de la nación y ministro de economía durante el gobierno de Alberto Fernández. Luego de superar ampliamente a Juan Grabois en las primarias, fue electo como el candidato a presidente del oficialismo, y tras ganar por una diferencia de 6 puntos en primera vuelta, logró meterse en un balotaje con Javier Milei.

Durante la presente campaña, como era de esperar, ambas partes atacaron con vehemencia a su rival, ocasionando un ensanchamiento de la grieta, que es evidenciado en los ataques que reciben, principalmente, los militantes del candidato libertario en la vía publica cuando desean repartir folletos con la cara del economista o simplemente se manifiestan a favor de él.

Militante de La Libertad Avanza agredido por entregar boletas de Javier Milei en la estación de Constitución, Buenos Aires. Además, fue tratado de “fascista”, concepto utilizado por muchos dirigentes al momento de referirse del economista.

El odio sembrado en las calles y la segmentación social que existe entre votantes de cada candidato no es más que el resultado de las campañas agresivas y violentas que ambos candidatos llevan a cabo con el fin de imponerse en la próxima elección. Y resulta curioso decir “ambos candidatos” ya que pareciera ser que el único sector agresivo/violento es el de Milei, ¿pero qué hay del lado de Unión por la Patria?

El bloque justicialista se encuentra absolutamente envuelto en una campaña de violencia y odio, donde pareciera ser que su único fin se halla en crear terror e inseguridad susceptible de intimidar a la población general, lo que es la definición literal de terrorismo.

Las últimas horas antes del balotaje se viven con cierta adrenalina, la ansiedad por saber quien será el próximo presidente de la nación esta ya generada en cada uno de los habitantes. Sin embargo, estas últimas horas antes de la decisión final se encuentran exentas de paz y armonía: una cañonada de videos al fiel estilo de Joseph Goebbels inundan redes sociales y medios de comunicación, utilizando factores de alta sensibilidad para los argentinos como lo son los niños y las armas.

MileiNo: los nuevos spots de campaña que buscan sembrar terror en la sociedad con una bajeza sin precedentes.

Con el slogan “pensá bien antes de votar” el video pone entre la espada y la pared a la audiencia, amenazando con un cinismo sin precedente, utilizando niños para protagonizar escenas de asesinatos y tragedias. Desde luego, la puesta en escena esta montada con el fin de asustar al votante utilizando como apoyo un archivo donde Javier Milei dice estar moralmente a favor de la libre portación de armas, más no así forma parte de su plataforma electoral.

El discurso con el cual es defendida la puesta en marcha de estos tétricos videos es con la siguiente propuesta que cuenta el bloque del economista, misma que despertó alarmas en diferentes sectores de la ciudadanía, pero ha sido argumentaba en más de una ocasión por parte de los aspirantes al gobierno: “Sobre la tenencia de armas de fuego planteamos la desregulación del mercado legal y proteger su uso legítimo y responsable por parte de la ciudadania” (plataforma electoral de La Libertad Avanza, página 3).

La defensa del bloque libertario ante esta polémica es la ley vigente de portación de armas de fuego que está desactualizada y debe volver a discutirse, adquiriendo aún más valor en su discurso cuando señalan que el mercado negro de armas de fuego es una realidad, y es allí donde miles de delincuentes se abastecen de estas, dejando al resto de la sociedad indefensa ante los latentes peligros que debe enfrentarse en el día con día.

Otras polémicas que gira en torno al candidato libertario son las frases “que la libertad no sea muerte” o “que no te quiten tus derechos adquiridos”, trazando paralelismo entre el candidato liberal y el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla. Esto nace en el apoyo a un revisionismo de la historia reciente de nuestra nación por parte de Victoria Villarruel, candidata a vicepresidente.

Estas últimas nociones desarrolladas son algunas de las tantas excusas con las que opera el justicialismo representado por Sergio Massa, trabajando desde el cinismo y el terror para poder obtener los votos que le valgan la presidencia. Llamado a ser él la representación de “la democracia” mientras que Javier Milei es señalado como “el odio” y “el enemigo del pueblo”, algo que, jugando con paralelismos, sucedió durante el nacionalsocialismo cuando señalaban al pueblo judío como el enemigo del pueblo alemán.

La utilización de esta campaña de terrorismo, la extorsión política a la ciudadanía, el uso indiscriminado de calificaciones peyorativas, la catarata de discursos tergiversados y la puesta en marcha general de Sergio Massa, representa un gran peligro para nuestra democracia, ya que al fin y al cabo esta bajeza con la que operaron durante este tiempo pone en una disyuntiva a la sociedad de no saber que hacer con su voto, y ante el terror de que el discurso del actual ministro de economía sea cierto, vuelve a elegir a un gobierno que nos costó 130 mil vidas durante la pandemia.

Por su parte, y a modo de cierre, la utilización de señalar a Massa como “la democracia” es meramente con el fin de dar a entender que la democracia seguirá solo si él gana, ya que Javier Milei, en su concepción, representa la última dictadura cívico-militar, asegurando que en caso de ganar regresaría esa época oscura. Si bien, el retorno de un golpe de facto sería algo absolutamente descabellado y está fuera de las probabilidades, debemos reconocer que existe un gran grado de realidad en el discurso de Sergio Tomás.

Tomando en cuenta que Javier Milei, en caso de imponerse, gobernará con 8 senadores de 72, y 38 de 257 diputados, la realización de sus propuestas se verán afectadas ante la gran representación de Unión por la Patria y Juntos por el Cambio en el congreso. Además, en un revisionismo histórico, Raúl Alfonsín y Fernando De La Rúa, dos de los tres presidentes no justicialistas durante la democracia, vieron afectados sus gobiernos y tuvieron que dimitir de sus cargos antes de lo esperado, siendo suplidos por Carlos Menem, quien llego por vía democrática, y Eduardo Duhalde, quien llegó tras la fatídica semana final de 2001 sin ser electo.

Esto viene al caso para trazar líneas de comparación: si dos de los tres presidentes no justicialistas durante la historia democrática argentina tuvieron que renunciar al mandato, sin ser precisamente una minoría como lo será LLA en las cámaras, ¿qué destino le esperaría a Javier Milei?

Por el momento estamos a la espera de resultados y a la espera de que la historia argentina escriba una nueva página, el próximo domingo por la noche sabremos si el kirchnerismo gobernará cuatro años más o si tendremos a nuestro primer presidente liberal. Sin embargo, y luego de todo lo anteriormente desarrollado, ¿es Javier Milei quien atenta contra la democracia?

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