Israel declara “situación especial” ante posibles ataques de Hezbollah en medio de una escalada de tensiones con Líbano
En una medida que subraya la gravedad de la situación, el gobierno de Israel, encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, ha decretado este lunes el estado de “situación especial en el frente interno” debido a la creciente amenaza de ataques del grupo armado Hezbollah. Este término legal es una herramienta reservada para situaciones de emergencia y otorga a las autoridades mayores poderes sobre la población civil, incluyendo la capacidad de imponer restricciones como la prohibición de reuniones públicas o movimientos masivos de personas.
El anuncio llega en un momento de alta tensión en la región, marcado por una serie de enfrentamientos y ataques a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) llevaron a cabo bombardeos sobre varias posiciones de Hezbollah en el sur y este de Líbano, así como en Beirut, la capital libanesa. Estas acciones, según las autoridades israelíes, tienen como objetivo debilitar la infraestructura militar del grupo terrorista apoyado por Irán. Los primeros informes indican que los bombardeos han dejado un saldo provisional de 492 muertos y más de 1.600 heridos, lo que ha provocado una oleada de condenas internacionales y renovado el temor de una escalada mayor en Oriente Próximo.
Contexto de la declaración de emergencia
La decisión de imponer el estado de “situación especial” fue aprobada en una votación telefónica por los ministros del gabinete israelí. Esta medida tendrá una vigencia inicial de 48 horas, pero puede ser extendida si las circunstancias lo requieren. Hasta el momento, el Comando del Frente Interno de Israel, responsable de la gestión de emergencias civiles, no ha emitido directrices adicionales, pero la declaración permite a las autoridades ampliar su control sobre las actividades de la población civil para salvaguardar la seguridad nacional.
Además de los bombardeos, Hezbollah ha lanzado decenas de misiles en represalia, atacando varias instalaciones militares israelíes. Este enfrentamiento abierto entre Israel y Hezbollah ha generado preocupación en la comunidad internacional, ya que amenaza con escalar en un conflicto regional más amplio. Se teme que los ataques puedan extenderse y afectar no solo a las zonas fronterizas, sino a otros actores en el conflicto, como Siria o incluso Irán, que ha sido un histórico aliado del grupo militante libanés.
Implicaciones diplomáticas y respaldo de Estados Unidos
En respuesta a la situación, el gobierno de Estados Unidos ha reafirmado su apoyo a Israel. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo israelí, Yoav Gallant, en la que reafirmó el “derecho de Israel a defenderse” frente a los ataques de Hezbollah. No obstante, Austin también subrayó la necesidad de buscar una solución diplomática para evitar una mayor escalada del conflicto y permitir que los residentes de ambos lados de la frontera puedan regresar a sus hogares de manera segura.
“Estados Unidos respalda el derecho de Israel a protegerse mientras Hezbollah expande sus ataques cada vez más hacia el interior del territorio israelí”, señaló Austin. Sin embargo, añadió que es crucial encontrar una vía para desescalar las tensiones, y destacó el papel de la diplomacia en la región, haciendo hincapié en un posible acuerdo de alto el fuego. Al mismo tiempo, Austin hizo un llamado para avanzar en un cese de las hostilidades entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza, donde el conflicto sigue generando víctimas y secuestros, tal como ocurrió en los ataques del 7 de octubre, donde milicianos palestinos capturaron rehenes israelíes.
Por su parte, el ministro israelí Yoav Gallant defendió la intensificación de los bombardeos, afirmando que son la única vía para garantizar el retorno seguro de los desplazados en las zonas fronterizas del norte de Israel, que han visto cómo los ataques de Hezbollah se han ido intensificando en los últimos meses.
Escalada y amenazas de una guerra regional
El incremento de los enfrentamientos entre Israel y Hezbollah ha despertado el temor de que el conflicto pueda derivar en una guerra de mayor escala en Oriente Próximo. Durante los últimos meses, Hezbollah ha intensificado su presencia militar a lo largo de la frontera con Israel, al tiempo que Irán continúa brindando apoyo logístico y financiero al grupo. A la luz de este escenario, el ejército israelí presentó la semana pasada a Estados Unidos sus “planes operativos” respecto a Líbano, en previsión de una posible invasión terrestre para neutralizar las capacidades militares del grupo.
Por su parte, las autoridades libanesas han advertido sobre el impacto devastador que una escalada mayor podría tener sobre su país, que ya enfrenta una profunda crisis económica y social. El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, hizo un llamado a la comunidad internacional para que intervenga en la búsqueda de una solución pacífica que evite el colapso total de su nación, que sigue lidiando con las secuelas del devastador atentado en Beirut en 2020 y la inestabilidad política interna.
El rol de Irán y las dinámicas regionales
El conflicto entre Israel y Hezbollah no puede entenderse sin considerar el rol de Irán, que ha sido un aliado fundamental de Hezbollah desde su creación en los años 80. A medida que las tensiones entre Teherán y Tel Aviv se intensifican, la relación entre ambos países se ha convertido en un eje central de la política de seguridad en la región. El reciente apoyo militar de Irán a Hezbollah, en forma de misiles y tecnología avanzada, ha incrementado las tensiones en la región, y muchos temen que una guerra abierta entre Israel y Hezbollah pueda arrastrar a otros actores, incluidos Siria e Irán.
El escenario actual sugiere que, mientras las tensiones sigan aumentando, la posibilidad de una intervención diplomática efectiva se vuelve más incierta. Con cada día de ataques y bombardeos, las opciones para una resolución pacífica se van reduciendo, y tanto Israel como Hezbollah parecen cada vez más decididos a continuar la lucha en lugar de buscar una tregua duradera.