“Si controlamos la cárcel se termina la mayoría de las balaceras”

La Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados de la Provincia se reunió con los Fiscales de la Unidad Especial de balaceras y extorsiones Valeria Haurigot, Pablo Socca y Federico Rebola, para abordar distintos temas relativos a las investigaciones que vienen llevando adelante.

“Lo primero que quisimos hacer es expresar el acompañamiento institucional, como Comisión legislativa, al importante trabajo que vienen llevando adelante los fiscales y ponernos a disposición con las herramientas que podamos generar desde nuestro espacio para el avance de las tareas”, señaló el Presidente de la Comisión Juan Cruz “Cacu” Cándido.

Circuitos de armas y municiones, controles laxos en el mercado de chips telefónicos y la vinculación del delito con lo qué pasa dentro de las cárceles y las condiciones de detención fueron los temas sobre los que se centró el encuentro del que participaron además las Diputadas Lionella Catalini y Lucila De Ponti, junto otros miembros y asesores de la comisión que lo hicieron de manera virtual.

“La situación es muy preocupante: de las 1.000 balaceras y extorsiones que se investigan en lo que va del año, la inmensa mayoría fue planificada o ejecutada desde adentro de unidades penitenciarias, como Piñero, Coronda o la nueva Unidad 3 de Rosario”, reseñó Cándido. También se cometen estos delitos desde unidades penitenciarias federales.

Para el legislador radical, la exposición de los fiscales “fue muy sólida y concreta, y nos deja en claro que si logramos que el Estado controle lo qué pasa dentro de las cárceles evitaríamos el 90% de estos delitos”

El diputado -que presentó junto a Maximiliano Pullaro un proyecto de marco legal para el control de los llamados presos de alto perfil- y los demás miembros de la comisión se comprometieron con los fiscales a trabajar en normativas que restrinjan comunicaciones y visitas. “No puede ser que alguien imputado por cometer delitos desde adentro de la cárcel siga comunicándose sin ningún problema o que detenidos peligrosos tengan teléfono fijo disponible casi todo el día y el Servicio Penitenciario termine siendo un mero testigo o se limite a esperar que le ordenen actuar”, señaló.

“Lógicamente para corregir esto hace falta decisión, pero también recursos humanos y materiales. Algo logramos avanzar en el debate del presupuesto vigente pero vamos a impulsar en el próximo debate presupuestario un aumento importante de las partidas para la persecución penal en nuestra provincia”, concluyó.

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