Caída de Bashar al-Assad: la oposición siria impone toque de queda tras tomar el control de Damasco

Estacionline realizo el seguimiento del conflicto publicando las noticias sobre el avance de los insurgentes en Siria, hasta que al final llegaron a Damasco y tomaton el poder, los rebeldes declararon a la capital “libre” del presidente Bashar al Assad tras doce días de ofensiva iniciada por una coalición liderada por el grupo islamista “Organismo de Liberación del Levante”.
Toque de queda en Damasco
En su primera medida, el mando rebelde instauró un toque de queda en la capital, que regirá de 4 de la tarde a 5 de la madrugada. Sin embargo, no se precisó la fecha exacta de inicio ni la duración de la medida.
El objetivo principal es garantizar la seguridad en una ciudad marcada por intensos enfrentamientos recientes. En un comunicado, los insurgentes llamaron a la población a respetar la propiedad pública y privada, y evitar el uso de armas en las calles, buscando instaurar orden tras la vertiginosa toma de la capital.
Bashar al-Assad abandona Siria
Horas después de la caída de Damasco, el Ministerio de Exteriores ruso confirmó que Bashar al-Assad abandonó el país tras negociar su salida con los insurgentes. El presidente había gobernado Siria durante 24 años, heredando el poder de su padre, Hafez al-Assad, quien lo ostentó desde 1971.
Los insurgentes aseguraron que las instituciones públicas seguirán funcionando bajo la supervisión del primer ministro Mohamed Ghazi al Jalali, quien expresó su disposición a dialogar con todas las partes para preservar el funcionamiento del Estado.
El final de una era marcada por crisis y descontento
El gobierno de al-Assad, que sobrevivió más de una década al levantamiento popular de 2011 y a una devastadora guerra civil, terminó en medio de un creciente descontento social impulsado por una grave crisis económica, la escasez de productos básicos y una inseguridad alimentaria generalizada que llevó a gran parte de la población a vivir por debajo del umbral de la pobreza.
La ofensiva que llevó a la caída de al-Assad fue impulsada por la alianza islamista Hayat Tahrir al-Sham y otras facciones insurgentes, quienes aseguraron haber “liberado” Siria de una dictadura.
Un país en transición incierta
Mientras los rebeldes intentan consolidar su control, el futuro político de Siria permanece incierto. La fragmentación del territorio y la presencia de múltiples facciones insurgentes hacen improbable una rápida estabilización.
En declaraciones posteriores, los insurgentes sugirieron que el modelo de gobierno futuro podría incluir cierto grado de autonomía para las minorías del país, como los kurdos, drusos y alawitas. Sin embargo, el líder rebelde aclaró que todavía es temprano para prever una estructura política definitiva.
La caída de Bashar al-Assad representa un giro dramático en la historia reciente de Siria, un país que enfrenta ahora el desafío monumental de reconstruirse tras más de una década de guerra y división.