Consejos, mitos y tips sobre Nutrición de la mano de una profesional
La Lic. Analía Rodríguez respondió muchas de las cuestiones alimenticias que nos planteamos a diario, dando su visión profesional sobre las mismas. “¿Quién dice que es normal comer todos los días proteína de huevo, pollo, lechuga, tomate, tomar agua? Todos comemos y tomamos otras cosas”, planteó.
“Se nos vende un mensaje que nadie puede cumplir. Esto de hacer una dieta perfecta, comer ordenado y prolijo, que todo sea saludable”, comenzó.
En el fondo cuantos de nosotros nos comemos 1/4 de helado un miércoles a la noche y sabemos que quizá pensamos ‘no está bien lo que estoy haciendo’, ¿y por qué no? ¿Quién dice lo que está bien y lo que no?
En su opinión, lo que pensamos de lo que estamos comiendo “ya nos influye en nuestro organismo”, esa carga negativa que le ponemos a lo que nos llevamos a la boca tiene un trasfondo importante. A veces lo que está bien o lo que creemos que está bien, nunca lo podemos cumplir. Sostiene que hay que legalizar un poco otras cuestiones.
DIETA ESTRICTA: ¿SÍ O NO?
¿Quién dice que es normal comer todos los días proteína de huevo, pollo, lechuga, tomate, tomar agua? Todos comemos y tomamos otras cosas.
Especifica que si uno se encuentra detrás de un objetivo estético, terapéutico o necesita cambiar parámetros de colesterol y triglicéridos, debe hacer el esfuerzo de comer lo más sano posible. Sino, “vamos a decir que todos debemos y podemos disfrutar de la comida que está rica, eso está bien”.
Asegura que la comida da placer y así tiene que ser, “en su justa medida”. Sabiendo que hay nutrientes que nuestro cuerpo necesita, que nos hacen bien y que el exceso de azúcar y de grasa son perjudiciales.
No sirve matarte de hambre, no te lleva a ningún lado. La única manera de perder peso y quemar grasa es comiendo, y pensar que lo que estamos comiendo nos está haciendo bien, aunque sea un alfajor de chocolate.
Agrega que un alfajor de chocolate tiene las mismas calorías que una banana, por supuesto, “con otro valor nutricional”.
Considera que en su profesión les enseñaron en la universidad que la dieta perfecta, la que te hace bajar de peso, la que te va a hacer bien “es solo aquella que contamos calorías”.
APRENDER A QUERER EL PROPIO CUERPO
‘Ana’ admite que hay cuerpos privilegiados, pero que hay que aprender a aceptarnos y a querer el cuerpo que tenemos. “Saber que tenemos una estructura ósea y ciertas características genéticas que por más que hagamos la dieta que hagamos y le busquemos la vuelta, quizá no va a cambiar o le tenemos que dar constancia si queremos un plan moderado que incluya alimentos que nos haga sentir bien”, agregó.
De un día para el otro no se puede alcanzar el objetivo.
No entrenemos para romper calorías, entrenemos para sentirnos bien ¿Por qué el entrenar tiene que ser la consecuencia de otra cosa?
ESTAR MUCHO SENTADOS, LA GRAN PANDEMIA
“Es la gran pandemia que nos acecha, no es un detalle menor, es algo grave que estemos tantas horas sentados. Salimos del trabajo y nos subimos al auto o al transporte público y nos movemos muy poco, tenemos pocos pasos diarios”, sostuvo.
Esto trae muchas repercusiones a nivel orgánico, genera a la larga insulinoresistencia, desbalance de azúcar en sangre, acumulación de reservas grasas. En principio, el estilo de vida sedentario que llevamos genera demasiada reserva energética.
“¿Qué necesidad de hacer cuatro comidas y dos colaciones si no nos estamos moviendo?, ¿para qué generar tanta reserva? No digo de ayunar, pero hay que buscarle la vuelta para comer pocas veces al día”, manifestó.
LA DIETA PERFECTA
Bajo su perspectiva la dieta perfecta no existe, ya que cada persona tendrá la suya de acuerdo a la actividad física que realice, a sus condiciones, su fisonomía y sus necesidades.
El cuerpo hegemónico no existe, tu cuerpo es hermoso, mi cuerpo es hermoso. La angustia, el estrés, la soledad, la incertidumbre nos influyen en lo que comemos.
HORAS DE SUEÑO
Analía considera que más allá de la cantidad de horas que uno duerma, lo importante es mantener un ciclo de sueño. Medianamente acostarse y levantarse a la misma hora, en la medida que se pueda.
El cambiar los horarios es lo que más genera repercusiones en el organismo, por eso la gente con horarios rotativos de trabajo la pasa tan mal. Tiene niveles de cortisol por las nubes, porque no puede llevar un ciclo estable de sueño.
Finalmente, recomienda dejar las pantallas al menos 1 o 2 horas antes de irse a dormir, evitar la exposición a la luz.
“Es difícil pero hay que intentar hacerlo. Poder desconectar, buscar una música relajada, meditar, respirar. El sueño reparador es súper necesario, si no dormimos las hormonas no funcionan correctamente; sobre todo en los adolescentes y niños en desarrollo”, concluyó.