Reforma laboral: cambios en indemnizaciones, bloqueos y blanqueo
El decreto 847/2024 introdujo la reforma laboral que cambiará significativamente las relaciones laborales del país.
Federico Sturzenegger, junto a Julio Cordero, anunció los detalles de la reforma, subrayando que esta legislación busca modernizar un sistema laboral que, según ambos funcionarios, “ha quedado obsoleto frente a las demandas actuales del mercado”.
Uno de los puntos clave de la reforma es la posibilidad de renegociar el sistema de indemnizaciones dentro de los convenios colectivos. Bajo este nuevo esquema, se habilita a las empresas y sindicatos a acordar una alternativa a la indemnización por despido, basada en un sistema de seguros, lo que proporcionará mayor flexibilidad tanto a empleadores como a empleados. Esta medida es voluntaria y no suprime el actual sistema de indemnización, sino que lo complementa.
Además, la reforma introduce un régimen de blanqueo laboral, que beneficiará a las empresas que decidan regularizar a sus empleados no registrados. Esta regularización implica la condonación de deudas por aportes y multas, lo que según el Gobierno, incentivará la formalización de miles de trabajadores en el país. Este aspecto ha sido visto como positivo tanto por empresarios como por ciertos sectores sindicales, que valoran el esfuerzo por reducir el empleo no registrado.
Uno de los temas más controversiales de la reforma ha sido el tratamiento de los bloqueos sindicales, una práctica que ha generado tensiones entre empresas y sindicatos en los últimos años. Aunque el artículo que penaliza estas acciones no fue completamente reglamentado, el Gobierno optó por mantener el espíritu de la ley que condena los bloqueos, permitiendo al Poder Judicial actuar en casos de obstrucciones indebidas en las actividades empresariales.
Otro aspecto innovador de la reforma es la creación de una figura legal que regula al trabajador independiente con colaboradores. Esta figura permite que aquellos trabajadores que presten servicios de manera autónoma, pero que cuenten con colaboradores a su cargo, puedan operar sin estar sujetos al vínculo de dependencia tradicional. Si bien esta disposición ha generado inquietud en algunos sectores sindicales, que temen una posible precarización laboral, el Gobierno defiende que esta medida responde a la creciente demanda de flexibilidad en el mercado laboral.
En resumen, la reforma laboral y su reciente reglamentación son vistas por el Gobierno como un paso hacia la modernización del mercado de trabajo en Argentina. Sin embargo, como en toda reforma de gran envergadura, su implementación y los efectos a largo plazo serán objeto de análisis y seguimiento tanto por parte del sector privado como del sindicalismo, que buscarán garantizar que los derechos de los trabajadores sean preservados en este nuevo marco normativo.