Funes: su padre desapareció hace 55 años pilotando un avión, y aún lo sigue buscando

Mañana se iniciará una nueva búsqueda. Es hija del vuelo desaparecido en Costa Rica en 1965.

3 de noviembre de 1965, el avión TC-48 transportaba a cadetes de la Escuela de Aviación Militar desde El Palomar y, luego de varias escalas, se perdió todo tipo de rastro en Centroamérica, más precisamente en la zona de la Cordillera de Talamanca, Costa Rica. Desde aquel entonces la búsqueda y las esperanzas de los familiares de los desaparecidos, se hicieron cuesta arriba. Siempre dudaron de la información que brindó la Fuerza Aérea, donde primero se dijo que había caído al mar (se mostraron imágenes de salvavidas rescatados del agua como para mitigar el dolor de las familias y era falso), y después en tierra. En lo que hubo coincidencia entre los familiares de las víctimas es que el avión partió con algunos desperfectos, pero hasta el momento nunca se pudo establecer con total certeza.

«Las locas del 48», fueron bautizadas las mujeres que pidieron -y aún lo siguen haciendo- explicaciones. Una de ellas es Cecilia Viberti, hija de uno de los pilotos del avión, Esteban José Viberti, y que está radicada en Funes.

Cecilia tenía 9 años cuando junto a su mamá y hermanos estaban viendo una novela en El Palomar, donde vivían. De repente se cortó la programación y se informó sobre la desaparición de un avión. Su madre quedó impactada. No era para menos porque se trataba del que piloteaba su esposo, Esteban José Viberti. «A partir de ese momento comenzó a sonar el teléfono y no paraba de hacerlo«.

Cecilia construyó su vida, tuvo tres hijos -vivió en Córdoba, en Italia, en Rosario y actualmente en Funes- y ahora disfruta de sus tres nietos, pero nunca dejó de luchar por saber la verdad ante tantas mentiras que se dijeron. Muchas de ellas que surgían desde la Fuerza Aérea, la que «tendrá que dar respuestas si se logran encontrar los restos del avión y de los desaparecidos«.

«A mi madre es un tema que le duele mucho y no quiere hablar de eso. Siempre me apoyo en la búsqueda, pero se mantiene en su postura de no saber nada porque le hace mal», contó Cecilia, quien se dedicó al comercio y cuando vivió en Italia se transformó en la primera importadora de zapatos para bailar el tango. «Me fue muy bien gracias a eso» y hoy le quedó alma de tanguera, tal como a uno de sus hijos.

En el medio de las investigaciones que se realizaron durante este largo período aparecieron algunas versiones que nunca terminaron de confirmarse. Una de ellas lo tuvo como protagonista al “Indio Porfiador”, un indígena que aseguraba que había encontrado partes del aparato y que mató a algunos cadetes que sobrevivieron al impacto de la caída para robar sus pertenencias. Para Cecilia este es el punto por el cual se elevaron las esperanzas por encontrar la verdad.

«El dato del indio permitió encontrar, con la tecnología utilizada, que hay siete anomalías en esa zona en cuestión. Y la tribu de los indios está ubicada a 5 kilómetros donde posiblemente cayó el avión«.

Cecilia, que hace más de tres décadas realiza una investigación activa, dijo que «los integrantes de la expedición irán con el fin de dialogar y convencer a los indios de que los dejen hacer su trabajo. No hay nada contra ellos porque fue hace mucho tiempo. Lo bueno es que dentro de la comitiva hay un indio y quizás él pueda convencerlos«.

Hay indicios de que esta vez podría descubrirse la verdad. De ser así, todo está preparado para analizar los restos de las personas e identificarlas. Y, en consecuencia, cerrar una historia que aún no tiene final.

Este viernes comenzará la expedición terrestre privada que se introducirá en la Cordillera de Talamanca en Costa Rica en busca del «TC-48», el avión de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) que desapareció sin dejar rastros el 3 de noviembre de 1965. «El avión transportaba 68 militares (incluidos 54 jóvenes cadetes) entre la Base de la Fuerza Aérea Howard (Zona del Canal de Panamá en 1965) e Ilopango, el aeropuerto internacional de San Salvador, en El Salvador. Y la misma durará diez días. Ella es posible gracias a la convergencia de medios y voluntades de tres grupos en tres países diferentes«, reza el comunicado al que tuvo acceso este medio.

«Durante más de 30 años -agrega Viberti-, el colectivo de TC-48 (familiares de las víctimas) ha participado y financiado expediciones de investigación en Centroamérica y ha compartido con exploradores e investigadores sus valiosos datos, testimonios y documentaciones. En Suiza, la asociación missing.aero trabaja de forma independiente desde 2017 para crear un nuevo state of the art para la búsqueda de aviones perdidos. El TC-48 es una de las seis misiones emprendidas para desarrollar nuevos útiles y métodos de búsqueda. Para esta expedición en la Cordillera de Talamanca, missing.aero proporciona resultados de sus investigaciones, incluidas simulaciones de trayectoria de vuelo y análisis de imágenes satelitales para guiar al personal en tierra«.

FUENTE: https://www.lacapital.com.ar/la-region/una-funense-lucha-saber-que-paso-el-avion-que-piloteaba-su-papa-y-desaparecio-hace-55-anos-n2649761.html

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