Rolls-Royce, Lamborghini, Ferraris y toneladas de oro: así es la fortuna de la familia Al Assad

El derrocamiento del régimen de Bashar Al Assad no solo marcó el fin de cinco décadas de dominio familiar en Siria, sino que también reveló el impresionante botín acumulado por el dictador y su círculo íntimo, una fortuna construida a costa del sufrimiento de un pueblo devastado por la guerra y la represión.
La extravagante colección de autos de lujo
Tras la caída del régimen, los rebeldes sirios descubrieron en los garajes de Al Assad una impresionante colección de más de 40 vehículos de lujo, que incluyeron joyas automotrices como un Ferrari F50 rojo, un Lamborghini, un Rolls-Royce y un Bentley. El valor estimado de esta flota asciende a varios millones de euros, un reflejo de los excesos del régimen frente a la pobreza generalizada en el país.
Fortuna incalculable
Un informe de Alaco, firma de inteligencia financiera con sede en Londres, estimó la fortuna de la familia Al Assad en 1.000 a 1.500 millones de dólares. Estos activos incluyen propiedades inmobiliarias, inversiones y dinero oculto en paraísos fiscales como Rusia, Dubái, Líbano, Marruecos y Hong Kong. Según el informe, gran parte de estos bienes es difícil de rastrear debido a la vasta red de familiares y socios implicados.
Además, el MI6 británico había informado años atrás que Bashar Al Assad poseía 200 toneladas de oro, aunque no se especificó su ubicación exacta.
La sombra de Mr. 5 %
Uno de los artífices clave del enriquecimiento de Al Assad fue su primo, Rami Makhlouf, conocido como “Mr. 5 %” por las comisiones que cobraba en cada transacción estatal. Makhlouf controlaba sectores estratégicos como la telefonía, el petróleo y la construcción, lo que le permitió amasar una fortuna antes de 2011.
Sin embargo, tras la influencia rusa en Siria, se promovió el distanciamiento de figuras que pudieran comprometer la imagen del régimen. Makhlouf cayó en desgracia, y desde entonces, su paradero es incierto.

El precio del saqueo
Mientras la familia Al Assad vivía entre lujos, Siria enfrentaba una de las peores crisis humanitarias del siglo XXI. Con más del 80 % de la población bajo el umbral de la pobreza, el contraste entre los excesos del régimen y la realidad del pueblo sirio subraya la magnitud de la corrupción y el saqueo sistemático.
El fin del régimen de Al Assad no solo expone sus riquezas, sino también la compleja red de intereses y complicidades que permitieron sostener una dictadura durante décadas. Ahora, Siria enfrenta el desafío de reconstruirse mientras lidia con las secuelas de esta opulenta y devastadora era.